Nos echarán cieno en los ojos,
sal en las heridas,
nos fusilarán las palabras,
nos ahorcarán los versos.
Que nuestra luna nos llore,
cuando nos destrocen en mil pedazos.
No retrocedamos,
seamos valientes,
sigamos tu ejemplo, Federico,
tu desdicha, Miguel,
tu magisterio, Don Antonio.
Que no nos silencien,
que no apaguen nuestro grito,
que nuestra palabra brille, eterna y viva,
que nunca nos encierren
la poesía en el silencio.
Desafiemos las sombras,
no sucumbamos
alcemos la voz,
que la poesía sea el faro
que encienda el fuego de la verdad.
Enfrentemos la censura
con valentía y arrojo.
Que la poesía,
libre y desafiante,
nos guíe,
encontrando en cada verso
un motivo para resistir,
en cada estrofa
la belleza y la rebeldía.
La libertad de expresión
sea nuestra única bandera,
nuestra única patria.