Si, un gran poema sin duda, cuyo centro es la vehemente pulsión de algo muy arraigado de lo cuál, el protagonista lírico no puede despojarse. —Esta muy bien logrado, por eso lo aplaudo.
No se despoja, más bien nos viste de recuerdos permanentes que son como maletas que nos sirven para desempaccarlos en el recorrido de la vida, después de todo, eso es lo que nos queda. Muy lindo. Abrazos cariñosos.