“En el mar de una mujer,
pocos naufragan de noche;
muchos al amanecer”
(Antonio Machado).
Nada sabes de mí.
Cuando perdí mi norte,
quise alcanzar
todos los puntos cardinales.
Ahora, las catedrales
me parecen pequeñas
y mi incógnita es el tiempo.
¡No intentes descifrarme!
Déjame solamente,
volver a alcanzar mi norte
para poder apreciar
el violeta en el diamante
y abanicarme en las tardes,
…suavemente.
Se me presenta tu poema como un enigma en sí mismo, un viaje de autodescubrimiento que me lleva como lector a reflexionar sobre la búsqueda interior y la belleza en lo sutil y delicado.