Me tinto de colores el pelo,
pero los cumplidos de la gente ya no me hacen efecto.
Regalo sonrisas a la gente,
pero ya nada me alegra,
ya nada me llena.
Me perdí,
no sé ni cómo llegué a encontrarme,
pero desvanecí,
con mi soltura,
con mi sonrisa.
La gente daña,
a todas horas
y pretende que tú no lo hagas.
La gente vive sin ti
y tú vives por la gente.