Me levanté muy temprano, antes, permanecí acostado un rato más, disfrutando los algodones del edredón sobre mi piel descubierta de sus ropas habituales.
Disfruté del ladrido de mi Perro, del maullido de los Gatos trasnochados, del “kiri ki ki” del Gallo que canta hasta las 5:00 AM o quizá hasta la hora del ocaso vespertino.
Encendí el aparato de sonido y disfruté de una Sonata, de una Cumbia, de una Balada dedicada a la mañana. En fin, fue un menú completo de comparsas delicadas y exquisitas.
Disfruté de las campanas, aunque no acudí a la misa de aquel templo vecino, pero le recé a la vida porque siento lo divino si respiro.
Después de darme gusto con tanta maravilla de sonidos, me volví a vestir con lo sencillo de mis prendas y seguí los planes que marcan mis agendas. Tomé un vaso de agua, me pasé un cepillo por el pelo y cerré la puerta de la recamara sin olvidar el celular y claro limpié la lente de la cámara para capturar las escenas invernales del camino.
Antes de salir, tomé la correa, desaté las persianas para que el sol entrara a darle color y calor a la casa, y até a Ryu (Mi perro) y ambos nos fuimos corriendo para quitarnos el frío.
En la calle apenas se asoma la gente, es muy temprano, y también es invierno, y también tiemblan de frío, yo creo que se quedan en la cocina tomando café calentito, viendo noticias o tal vez programas de niños.
Primero crucé la ciudad y luego sentí que ya es navidad al entrar a mi hermoso pueblito.
Mi pueblo hermoso con sus capillas, con sus senderos de tierra, con sus arbustos de blancos “Durillos” mi pueblo donde cualquier cambio de clima es bienvenido, donde yo soy bienvenido, donde cualquier visitante entra y se retira con la sonrisa de un ser bendecido.
El perro corre
por caminos nevados
de este diciembre.
Que bella y complaciente lectura, transmitiendo paz y simbiosis entre la naturaleza y tu yo , ese "sentir lo divino si respiro"es toda una declaración de amor a la vida, muy hermoso, poeta!!!
Hermosa “navidad” llena de optimismo, donde lo básico es ser feliz con las pequeñas (que son grandes) cosas que hay a nuestro alrededor y a veces la vorágine que es la vida no nos deja deja disfrutar a plenitud. Que bueno es conectar con el sitio donde se vive, se sueña, se llora, se ríe. En donde está la felicidad y el sosiego.
Se de qué hablas, yo amo el pueblo que generoso me abrió los brazos.
Genial poema para arrancar con estas navidades.
Un abrazo navideño para tu y los tuyos.