Cuando ya nada queda en la memoria
y el tiempo se ha perdido por la vida;
cuando el último beso, elegida
esta noche estrellada, se hace historia,
presiento que mi vida es ilusoria,
que el verso que medito, sin medida,
sin rima, sin sentido, por la herida
del pecho va cubriéndome de gloria.
Oscura mi alegría, claro el cielo;
dulce la muerte, amarga la existencia;
olvido es lo que queda. Sólo hielo.
Y vierto muerte y muerte en mi querencia,
en el sollozar del verso, del cielo,
y pienso que tu sueño es mi sentencia.
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Aun cuando nada queda, nuestros versos nos recuerdan, nos siguen llorando, muy sentido poeta!!!
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Claro, son una prolongación de nosotros mismos
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Elocuente belleza, que nos abisma en la orilla de la muerte, para sentir muy vivo resplandor en estos versos!
Un gusto leerle, @Pradoalto !
Saludos afectuosos!
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Gracias por tu comentario. Un saludo.
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Nos queda la poesía…vivámosla.
Un soneto muy hermoso, amigo!
Muy buen poema compañero @Pradoalto
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Sinmi
8 Marzo, 2021 01:47
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Sólo nuestros versos hablarán por nosotros desde lo eterno. Muy lindo. Saludos cordiales.
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Si es cierto, Eso quedará.
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Versos más allá del tiempo. Bonito soneto. Saludos.
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Muchas gracias por tu comentario. Saludos
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Uffff, fantástico!!! Tremendo soneto, espectacular.
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Muchas gracias. Me siento halagado por tu comentario porque viene de un poeta que domina excelentemente las formas clásicas. Saludos.
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