Nacer

Nace un día en la montaña,

la luz, en tu mirada;

nace la huella de la mañana,

se cuela por las ventanas

abiertas, desiertas,

mientras en una cama sin dueña

se acumulan las heridas

que causó

aquella última batalla.

Nace el sudor frío,

nace la rabia, crece en mi garganta

rompe el silencio

como un rayo en el corazón del bosque

nace la duda de tu paradero,

grito tu nombre

más el aire no me es sincero,

responde solo el susurro del viento

nada, cero.

Nace un nuevo día,

mueres como un sueño,

una nota en la nevera me vacía

te has ido y has dejado mi alma sin amparo

huérfana, sin dueño.

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Buen poema, Jon. Me gustó el ritmo que marcas con la rima asonante (no sé si buscada a propósito, pero le sienta bien) y las diferentes extensiones de los versos. ¡Gracias por compartirlo!