Musa, me voy

¿A dónde ire, joven musa,
cuando descubramos
cuál es tu lugar?
Deberé despedirme
de tu sonrisa
y del entrecerrar
de tu mirada rasgada.

Volveré a ver el cielo
como antes de tu llegada.
Entonces el espectro arcoiris
recuperará los primeros colores.
Las mañanas tornarán
a ser detestables
y mi lugar,
en mi línea de tiempo,
volveré a ocupar.

Ese halo tuyo
que por instantes
endulzó al segundero
se desvanecerá
para nublar mi camino.

Seguiré el sendero
que antes fue mi deber:
donde todo era calmo,
tierno y sin lluvia…
Donde los días
parecían llevarme a la paz.
Y que, por tus gestos amables,
a punto estuve de abandonar.

Oh, estimada musa,
¡no quiero perder tu fulgor!
Cuánto he apreciado
saber de tu vida.
Esa vida que no podré compartir.
Esa alma tuya
que siempre me inquieta.
Por la que titubeé
en sacrificar de nuevo
un corazón ajeno.

2 Me gusta