Verla,
era como ver el amor;
sentirlo,
sobre todo sentirlo,
porque empezaba a devorarme,
hasta que me hacía suyo.
Verla,
sin verla,
También acababa conmigo.
Su amor,
siempre fue mortal,
siempre,
mas en cada muerte,
conocí mundos;
vidas,
¡eso, vidas!
que solo ella sabe dar.
Vidas que murieron;
mundos
que ya no vuelven,
que lloran nuestra ausencia;
ingrata Tierra,
teniéndonos en polos opuestos,
¿Eres feliz?