He llegado temprano al hospital.
A las seis y diez para ser exacto.
Me estaciono. Y el ruido de unos tacos
me llama la atención:
veo por el retrovisor del auto
a una mujer pequeña,
de pelo lacio con vaivén hasta la nuca,
con ojos chinos que se dan espacio
entre el barbijo para seguir su camino.
Viene de blusa roja y jean.
Y cada vez más cerca
me doy cuenta que trae botines de saltimbanqui
de esos de punta larga que van hacia arriba
y que a su estatura la multiplica.
Ella pregunta:
“¿laboratorio?”
Y alguien le responde: “a la otra puerta”.
Y veo que se va la mujer pequeña
de pelo lacio, de china mirada
con sus tacos de fantasía - ¡altísima! -
con todo el rojo y el azul de la mañana
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¡Muchas gracias @Minada ! Un honor. Saber que le gustó. De quien aprendo tanto.
Gracias siempre. Un gran saludo.
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Qué hermoso poema, me salpicas una instantánea de un momento de la realidad con el maravilloso vaivén de tus hermosos versos.
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Qué linda palabra “instantánea”. Qué lindo tu manera de expresarla.
Un gran abrazo poeta.
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Un gran poema nacido de la imagen de una mujer pequeña y de tu genial escritura, amigo.
Me encanta 

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¡Gracias Jorge Martínez! Motivador. Siempre.
Un gran abrazo.
¡Amiga! Nuevamente gracias.
Te mando un afectuoso saludo desde Lima, Perú.
Y te obsequio una flor 
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Usted sabe poner la palabra donde la capta el lector, en lo común en aquello que trascurre dentro del hecho normal, sin rimbomba; al centro del eje transversal de la cognición. por eso su poesia es autentica y no le encuentro antecedente. Lo aplaudo y felicito amigo poeta.
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¡Gracias amigo!
Allí dándole a la poesía como se dice.
Un gran saludo. Y también para tu familia.
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Bella descripción de un suceso cotidiano.
Me gustó el final.



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¡Qué bonito! Que le gustó.
Muchas gracias.
Un gran abrazo @ARTEMISA.POEMAS
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