Mordiente risa inocente

Quiero pintar, Gerardo, la risilla
que por tu talle baila y se solaza,
que, saltarina, el hombro te desgüaza
y, afilada en tus ojos, acuchilla.
¡Qué necio fui teniendo por hogaza
la imberbe faz que, cruel, se desternilla:
blanda como la blanca mantequilla
con que adobas, goloso, tu carnaza!
¡Oh risa angelical y colmilluda,
con diente de chacal y tez de nardo!
¡Oh pétalo de rosa y flor de ruda,
que envuelve en su fragancia un fino dardo
igual que la rudeza en chanza muda!
¡Qué risa viperina, buen Gerardo!

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Que bueno y expresivo soneto, poeta!!!

¡Gracias por seguirme, Ana Maria! Un placer.

Otro fantástico soneto, poeta.