Tengo mis dedos atados
y aprietan cómo garfios
los hilos del amanecer,
solo tus uñas alargadas
de espadas felinas
pueden rasgar
la tela del tiempo
y tocar un manojo de estrellas
en los carretes azules
de los esteros…
Tengo mis dedos atados,
la redonda luna encarcela
el sol del mediodía
y camina por las tunas del desierto,
entretenida
con las ramas de los cocoteros,
los animales rumiantes
pasan de prisa
el escarabajo de Carl Jung
las asusta e infunde respeto…
Me encantó que le imprimieras esos bellos espacios geográficos, me sentí entre ellos. Se activo mi memoria y hasta me traslade a nuestros Médanos de Coro, un paseo por nuestros esteros. Genial. Como siempre es un placer acompañarte en tus letras. Mi admiración por todos tus escritos. Abrazos mi paisano
Excelente poema; las imágenes perfectas para enmarcar un surrealismo inconsciente y el símil con el escarabajo dorado de Carl Gustav Jung: “Recuerdo entonces se dio la vuelta y abrió la ventana inmediatamente. Allí se encontraba atrapado un insecto volador que cazó al vuelo. Era un escarabajo dorado. …” Jung creía en un mundo unitario, en el que no hay separación entre la mente y la materia. Me encantó tu poema!!