¿Prometer un milagro
bajo las mismas lluvias
azules e invisibles
de la red de un instante?
¿Dejar que el gua lave
las culpas del invierno
con gaviotas volando
en los despeñaderos?
Es en ese acertijo
donde siempre te busco
imaginando sílabas
inventando vocablos
desentrañando códigos
creando versos dulces
de los tiempos perdidos.
Aun así,
eres mi embrujo eterno
y tendrás el milagro:
Me verás un domingo.