Enciendo mis palabras en la hoguera
que luce con sus llamas y se agitan,
son un ascua de luz donde dormitan
los sueños de esta vida pasajera.
Ardiendo ya estarán la noche entera
con rimas que incendiadas decrepitan
y entre grises cenizas se marchitan
recuerdos que no quiero por bandera.
Si escribo junto al fuego cuanto quiera
mi voz y mis palabras resucitan
la Gloria de otra vida verdadera.
Me gusta ver su brasa, y que prendiera
el rocío en el alma en que palpitan
y así ponerme al mundo por montera.