Metamos los pies en el mundo
y hablemos del mar.
Cantemos en las estrellas
bajo el cielo de hogueras.
¿Cuántas jaulas hay en las aves?
¿Cuánta vida en la soledad?
El testigo ha sido un amor
de un árbol en nuestros nombres.
Duerme que vino,
estío del sol.
Espera la nada,
invierno de luna.
Sedientos están los párpados de volar.
Los pájaros cuidan de los ojos tibios.
Perdón por el inmenso jardín de lirios,
delirios por el jardín de inmenso perdón.
(Duerme que vino,
estío del sol).