Firme recuerdo crujió en mis entrañas;
viejos colores y antiguos aromas,
quieren mis ojos mojar mis pestañas.
Nunca me escudo en vulgares patrañas;
cambio mi risa por blancas palomas
y hasta las flores me miran extrañas.
Guardo en mis manos un viento apacible
lagos colmados de amores y antojos,
luces que alumbran mi boca y mis ojos
voces que imploran un sueño imposible.
Cruzo el desierto con paso inaudible,
cierro mi puerta con siete cerrojos
caigo rendida y me postro de hinojos…
lánguido, el tiempo, se aleja insensible.
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BORRANDO CUALQUIER PASADO
Se aleja el tiempo lánguido insensible
tratando de borrar cualquier pasado,
que bien pudiera haberse equivocado
por más que nos resulte incomprensible.
Pues siendo este sistema imprevisible
en manos de un guiñol nos ha dejado,
sin haber al devoto preguntado
que destino sería preferible.
Pues poco los recuerdos aseguran
que la pasión nos entre por los ojos
y cubran de contento las entrañas,
si con malas costumbres nos torturan
al echarnos en cara los antojos
con sus más diplomáticas patrañas.
Mis saludos Mila, buenos días y un fuerte abrazo
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Gracias por tu contrapunto, Luis, un abrazo🌹