¡Oigan, quiero contarles…me ha visitado el amor!…
En el cálido vientre de la madre dispuesta a responder por su acción,
En la sutil mariposa que posó en mi mano buscando sostén,
En la fresca caricia de la lluvia divina que dará creación,
En el bello ocaso de celajes pintado y en el resplandor del sol,
En el calmo horizonte ornado de encajes besando mis pies.
Allí lo encontré… no fue vana ilusión.
¡Oigan, quiero expresarles… me ha visitado el amor!…
En el juego de infancia de nutridos amigos expresando candor,
En la dulce mirada, en el sentimiento compartido,
En la mano amiga, en el dolor sufrido,
Lo sentí en el beso de aquel gran amor…
Si, sí, me visitó sin descanso y rebasó al corazón.
¿Cómo les digo?, si me llenó de emoción.
¡Escuchen quiero decirles, me ha visitado el amor!…
¡Si, si! En mi vida, en este espacio, humanidad.
Un día me lo encontré en un desayuno, pintado de huevo,
De simple panecito…adornado de plátano…
¡pero no lo creerán, escondido estaba!
En la mano del campesino, en el lechero matutino,
En el sudor bien vivido, en los sueños floridos.
¡Realmente lo encontré, en todo momento, nunca me faltó!
Me visitó en la seria promesa de un eterno amor,
En el dulce retoño, en sus gracias y besos
En sus frases pequeñas, en sus tiernas caricias
Me visitó en el hermano, y en la real amistad
Profundicé en buscarlo y siempre lo encontré,
allí estaba, en lo noble de cada corazón
¡Abran sus oídos, quiero que sepan, que me ha visitado el amor!
¡No lo creerán ¡, pero también lo descubrí en el sufriente…
En el pobre carente, en el niño hambriento, en el anciano solitario,
Incluso… en el lecho de muerte de mi Madre ausente…
El día en que yo muera… ¡Quiero tenerlo a mi lado!
En forma humana, en forma divina y encontrarlo alegre,
por nuestro encuentro, para ser uno eternamente.
