La distancia es el mar,
la anchura, los recuerdos
limitados por la arena
de una playa distante.
El cielo libre en el horizonte,
los marineros en
la remembranza de los
pañuelos de las damas
que esperan su regreso.
No comprendo qué
es lo que buscan tan distante,
sé solamente que
en la partida despliegan
más alegría que en el regreso.
La niebla rebosa
entre la cubierta y
la calma que produce
el sol en la mañana,
toman una taza de café y
la beben en honor de
los perdidos en el mar.
Sus bocas tienen
el gusto del salitre y
sus miradas transparentes
se convierten en el
azote de Poseidón en alta mar.
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