He mirado al otro lado de la ventana y me he topado con mi historia.
He mirado al otro lado de la puerta y me he topado con mis huellas ancestrales.
He mirado al otro lado del espejo y me he topado con el reflejo de un viejo, un viejo acabado, decrépito desaliñado, malvado y egoísta.
He mirado a un lado de la cama y me he topado con un niño sentado, cruzado de pies y manos, cubierto con gestos de desparramada inocencia, vistiendo recelos e infortunios.
He mirado al otro lado de la cama y me he topado con la vejación y el maltrato al desnudo que han venido a hacerme compañía.
No dejemos que la bestia devore el candor de quienes apenas abren los ojos a la inquietud de la vida y los devuelvan heridos y maltratados a una sociedad que les cuesta mucho recomponerlos.
Millones de menores entre dos y cuatro anos sufren castigos físicos o psicológicos en esta casa llamada tierra.
La infancia robada nunca vuelve.Ciertamente como sociedad deberíamos hacer mucho más para protegerlos. Agradezco tú reflexión y comentario. FELIZ LUNES.
Muy buena esa denuncia a través de tus versos. Los niños son seres desprotegidos, esas secuelas marcarán su vida para siempre. Gracias por hacerla. He tenido la suerte de trabajar con ellos en mi profesión de maestra y conozco muchas de esas situaciones y las consecuencias…
Un abrazo, compañero.
Recibo con gratitud tus reflexiones y preocupaciones. Estos temas desgarran el alma,pero ha que seguir machacando a quienes le dan la espalda al futuro del planeta…Gracias por comentar. Un abrazo grande.