Soy vulnerable. Dócil y domesticada mi boca,
en la larga fiesta de tu sonrisa.
¿Cómo será posar en ella mis palabras desnudas?
La sed de una orquídea busca tu alma.
Y tu buscas un alfil y un soldado de azúcar.
Un pecho para guardar la escritura de tu océanos
de opio y madreselvas.
Yo apenas tengo un ramillete de silencios,
una urna de verbos, una conjetura,
y un libro sellado en el tacto de una luciérnaga.
Qué bella forma de escribir un poema. Mis respetos, poeta.
“La sed de una orquídea busca tu alma.
Y tu buscas un alfil y un soldado de azúcar.
Un pecho para guardar la escritura de tu océanos
de opio y madreselvas.”
La imagen principal es magnifica « Me eres de un árbol y su sombra de agua» por la verdad que encierra este verso, desde allí se construye el poema, el resto deviene en retalerías, no por ello insignificantes, sino complementarias. Todo poema ha de construirse desde la verdad para que sea efectivo, porque ¿Quién no ha experimentado en carne propia la verdad?; si, la “urna de verbos” también se potencia sobre el símbolo de lo barroco, pero saca de contexto el árbol que es real y comprobable, frente a aquello que es imaginario: y « la imaginación de un poeta es algo que va mas allá de su invención» H.G. Hasta allí quería llegar por el hecho notable de la mixtura simbólica donde va evolucionando tu poesia, y se va elevando, superando fronteras superfluas para lograr un equilibrio, lejos de ser domesticado por la norma, el rigor y lo consumible, se hace propia, identidad de poeta e impronta del ser que siente y que piensa. —Aplaudo con las dos manos—
Agradezco la clarividencia de tu comentario. Muchas gracias por la lectura entre líneas. Por tu esfuerzo de decodificar este poema que es como un árbol… Sus raíces crecen opuestas al cielo y al viento, a las ramas que acarician el mundo visible., buscando ser paradero de aves, sombra de quien huye y de quien suspira silencios, busca al poeta que sea fruto dulce y derrote el olvido… ¡Un abrazo grande mi amigo poeta!