(Prestando la frase a Salarrué… ¿Y si él me la prestó?)
Un poema de días difíciles anteriores de
nuestra tierra El Salvador, cargado de
personajes de leyendas del pueblo.
Luna Catleya, noche sin fuego,
suspira la alondra, aúllan los perros.
El pobre no duerme, el hambre tortura,
La risa agoniza, se pierden los cerros.
Catleya, Catleya Luna,
comparte conmigo este llanto;
sufre conmigo este lamento:
El padre sin cabeza,
no deambula en las calles,
por lo cruel de la violencia,
peligra que su cuerpo desmaye.
La Cuyancúa anda chillando
por tormentas de plomo,
la pólvora humeante,
la sumió a su madriguera.
Luna Catleya, escucha el jilguero,
que hoy se lamenta buscando consuelo.
La carreta chillona
se asustó a media noche,
tras oir los quejidos
de moribundos en la calle.
Chasca y Acayeth,
Se fueron evaporados,
les dio pena su dolor,
ante tanto abandonado,
que velaban en el lago
Un chimbolo lombrizudo
y llevar un manjar,
como todo buen suertudo.
Guijarros de sueños
toparon en tierra.
Luna Catleya
¿Dónde están las estrellas?
La Sigua no canta,
los ríos secaron,
los hombres hoy tienen
oasis pagados.
El Cipi espera,
que siembren guineos.
Mi tierra no siembra,
Son golondrinas… viajeros.
El cadejo blanco denuncia
a cadejos negros,
y no logra aterrar
la codicia, la soberbia…
Catleya Luna,
no puedo dormir.
Dile a Tonatiuh
que no tarde en salir.