A la palabra la antecede y la supera siempre un silencio, cuando San Juan de la Cruz se detuvo en “su noche oscura del alma” Bebió de la tradición Sufí (igual que Dante) y lo hacía para vivir la experiencia del silencio.
Con la irrupción de una sola palabra se daría fin al silencio y con ello la desintegración de lo secreto. —Otro de tus significativos poemas donde gozo un montón escrutando su propósito, siempre me pelo, pero igual disfruto.