Que inesperada sorpresa
me ha llegado de improviso,
la casualidad lo quiso
cuando haciendo sobremesa,
recibí como remesa
imagen de foto antaña,
de momentos que en mi entraña
conservo de juventud…
y amigos cuya virtud,
nada en la vida la empaña.
Éramos inseparables.
Los tres con iguales nombres,
y entre mujeres y hombres
siempre fuimos honorables,
algunas veces culpables
de haber roto corazones…
Porque en amor, sinrazones
siempre habrá y el desconsuelo,
sube sin encontrar cielo
si altas son las ilusiones.
Gracias, amigo Mucio. Realmente es hermoso y rejuvenecedor revivir los recuerdos de los años mozos, aquellos en los que la amistad, firme, sincera y transparente nos cubrió de felices momnetos de la vida disfrutados con pasión y a veces con locuras, pero siempre sanas y engrandecedoras. Amistades se llegan a tener muchas…, pero los amigo, amigos de verdad siempre son contados e inolvidables. Eramos tres, con miles de anecdotas y vivencias maravillosas. Uno falleció ya haran casi dos décadas, pero sigue imborrable en el corazón de los otros dos. Porque la amistad verdadera, perdura viva, aunque uno muera.
Gracias por la compañia y comentario.
Abrazo
¡Es una belleza en construcción y contenido!
Estas hermosas Décimas octosílabos perfectas. ¡No sé cómo me la había perdido!
Y la historia, buenísima.
¡Te aplaudo, te aplaudo!