Los hábitos de la ausencia
limitan la existencia de mis días
socavan la memoria
siembran lirios muertos
donde aún hay vida
infestan con lúgubres palabras
los sueños de alegría
y uno como un cadáver
de lánguida sonrisa
mira el paisaje trémulo
mira la soledad infinita.
Los hábitos de la ausencia
devoran como termitas
son espinas en la medula
astillas en las pupilas
y uno dormido bajo tierra
percibe el beso de la despedida
y el aroma de tu amor a lo lejos
lejos de esta cripta.