Te hablaba del mar que envolvía las rocas,
de playas perseguidas por arena blanca,
de los faros que escoltan a los barcos,
de la humedad que retienen los recuerdos,
de un libro que había encontrado.
Me hablabas en medio de la costa y el cielo,
del sonido oscuro de la madrugada,
de la danza estática de la vida,
de tus secretos junto a la chimenea,
de canciones desconocidas.
Te hablaba del reflejo azul
del verano en los cristales,
de la zona antigua del pueblo,
de la lluvia, de cómo despintar el pasado,
del vaho de los amores pasajeros.
Me hablabas del juego de luces
de la tarde a la salida del cine,
del porqué el mundo está en llamas,
del decorado que precede a los besos,
de viejos sones de La Habana.
¡Qué se yo!
¡Hablábamos de tantas cosas!
Pero, dime, ahora que me sueltas la mano
y que el corazón se sella
igual que se cierran las puertas de los aeropuertos,
Que nostalgia lloran tus versos, es cierto existen silencios que acaparan todo nuestro ser, todo nuestro mundo cuando la voz del amor se apaga, poeta!!! Saludos!!!
Es bellísimo !!! Me ha gustado desde la primera palabra hasta la ultima, y qué imagen magnifica la de la puerta de los aeropuertos !!! Me quito el sombrero ante tanta poesía ! Un abrazo !!