Cuando se tuvo noción del beso
algunos labios se habían ido.
Otros quedarán atorados
cual cometas de hilos rotos
en el ramaje de los días.
Los que quisieron venir, no vendrán.
Tienen otros dueños.
¡Ah, besar el cuello de Francois Hardy
esa espiga repleta de miel verbal
frágil canuto por donde fluyen ruiseñores
besos jineteando su canto
aferrados a la crin vibrante de su voz!
Gargantilla de besos escuchando Te amos entre susurros.
¡Ah, ovalar besos en el mentón perfecto de Shakira
colgarlos de piercing en su ombligo
estremecidos crótalos
en su cadera de cobra!
Oyendo como catapulta los resortes del ritmo.
¡Ah, aplacar esa carnosa,
retorcida sonrisa de Scarlett Johanson
tan siquiera un segundo de doblaje de un beso
un beso villano
chasquido inerte cayendo a sus pies
para ratificarla de heroína!
Besos encolibrados
en los néctares redondos de Bo Derek, Sofía Loren.
Besos de ocaso, para atardecer la risa de Julia Roberts.
El depositado en la lápida
de la fosa común de la inocencia perdida
héroes anónimos
poetas desconocidos.
El adeudado a las manos de Vivaldi
al cuaderno pautado de Pachelbel
al poema no publicado de Becquer.
En la reja donde posó la mano tullida Cervantes
a la herida del piolet en la cabeza de Trotsky
en la sangre de honor que Pushkin derramó en la nieve.
Hay uno, cautivo
el final
el jurado por siempre,
que no me darán en la frente
para cerrar los párpados del pensamiento.
El único que quería llevarme a la eternidad.
Oh, Jesús!! Qué bellos besos de película!!
Un poema muy bien delineado, como un collar de besos…hasta llegar al último, que ojalá sea tarde.
Me gustó mucho, compañero.
Gracias querida @Galilea!
Ya lo dijo Becquer, Si “el alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada”, seguramente también puede besar con el pensamiento