He venido, Granada, a recrearme
en tu andaluz paisaje que suspira
para que así Granada puedas darme
la péndola de un Dios que en ti se inspira.
Y si la muerte piensa visitarme
con el ardor de su inflamada pira,
en brazos de Granada quiero hallarme
como un loco poeta que delira.
Después, llevando a Lorca de la mano,
cantaré el romancero del gitano
con ese son de negros en La Habana,
y en un quejido que a la noche labra
se quedará durmiente la palabra
y un verso en Nueva York será su nana.
PepeSori
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