Loco tiempo que vuelves sin permiso

Entonces la tarde se hizo atardecer.

El tiempo del sol había pasado,

sus reflejos abrazaban la noche

de maneras urgentes.

Impetuoso ocaso de mar

Y como si fuera una fuerza indomable,

aparecieron las lágrimas de plata,

que también son las lágrimas

del vino de las confesiones

lágrimas saladas.

y un ardor en las mejillas.

Y después la soledad,

lo que pudiera haber sido

y el tal vez

clavado en mi costado

impiadoso

hiriente y despechado.

Y en esa huella de recuerdo,

irrumpiste y supe que eras adiós.

Y volví al laberinto de las edades,

a los días

a los constelados lapsos

donde todo se detiene.

A la memoria selectiva,

y a las horas desangradas

que flotan como sargazos sin rumbo.

-Loco tiempo que vuelves sin permiso.!!

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Hermoso poema, compañero.
Un saludo.

Muy hermosos tus versos.

Muchas gracias por leerlo y corregir las tildes que me olvide de poner.
No va a volver a suceder.
Saludos cordiales

Muchas gracias por leerlo Alfonso.
Feliz 2022 y que venga lleno de sueños y alegría.