*Le digo que estoy muy preocupado Sr. Leonardo, mi hija no para de leer. Lee muchísimo.
-Pero qué lee?
*Libros, sobre todo
-Libros? Pensé que se habían extinguido.
*Pues mire, los consigue en… cómo era… “El café de Doña Rosa”, una librería le llama. Creo que antes había varias. Un antro de depravación, seguro. A saber qué clase de ciudadanos frecuentan ese sitio.
-Pues menudo negocio, digo yo. Si es que hay ciudadanos empeñados en ir contra el progreso. No lo entiendo.
*Y si le digo que no tiene redes sociales ciudadanas?
-En serio?
*Que va. Dice que no le aportan nada y que prefiere emplear el tiempo en otras cosas.
-Pero qué cosas? cuente, cuente.
*A veces la vemos por el parque en bicicleta.
-En bicicleta, jajajaja. Pero aún no le han comprado un patinete nuclear? Son super prácticos.
*No se ría, por favor. Dice que así hace deporte.
-Quitando el balompié sideral ciudadano, pero qué necesidad habrá?
El tema parece serio. Han hablado con ella?
*A ver, como buenos ciudadanos le hemos explicado que tiene que pensar en su futuro, dedicarse a cosas más provechosas: estudiar las leyes del nuevo Parlamento Ciudadano, hacerse un buen perfil Ciudadano…
Un momento, que me están llamando… Fíjese, es ella!
*Dime hija, qué pasa?
+No pasa nada papá, no te preocupes. Te llamaba sólo para felicitarte por tu Día Especial Ciudadano, aunque ya sabes que yo no lo llamo así. Y es que siempre se te olvida. Menos mal que estoy yo aquí para recordártelo todos los años. Pues nada, felicidades. Te quiero mucho, papá. Nos vemos en casa.
*Gracias hija.
…
…
-Venga, reaccione.
Lo de su hija, qué me iba diciendo?
*Nada Sr. Leonardo. Tonterías, decía sólo tonterías…