Llegan las sombras,
de nuevo con la noche.
Se para el tiempo.
Y tú prosigues,
recuerdo incombustible
en la cabeza.
Es la conciencia,
repasa y analiza
esos momentos.
Ayer, (pensaba),
vivía en una nube
y hasta gozaba.
Hoy está lejos,
la nube ya lejana
y aquel ayer.
Se pasa el tiempo
y llegan los recuerdos
con la resaca.
Vuelvo a las sombras
y en ellas me refugio,
son mi consuelo.
Entre la bruma
rescato viejos sueños
y me conformo.
¡Pobre poeta
con pluma enamorada!
¿A dónde vas…?
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/20