Estimada @horten67 , a riesgo de volverme fastidioso, escribí este soneto a modo de complemento y comentario de los intentos de senryu que ayer tan amablemente comentabas en el taller. No se si sea todavía peor, o aclare al menos un poco el mensaje que quería transmitir. Si llegas a leerlo te agradeceré indefinida o quizá infinitamente. Saludos
jejej Fastidioso no, para nada.
El título ya es elocuente " Limpiando la retina" , pues además de limpiarme la vista para leer bien, tendré que agudizar " las entendederas" para saber lo que me quieres decir.
Aquí al trompo lo llamamos peonza, pero para el caso es lo mismo. ¿las vueltas qué damos en la vida, para acabar en el mismo punto? ¿ qué nos engañamos permanentemente a nosotros mismos? (el niño del primer senryu)
Aquí tenemos el segundo Senryu, con su fuego, vuelvo a entender que de pasión, pero seguramente es solo un espejismo , ya que al final no sucumbe.
Aquí me has descolocado un poco.
El resumen de todo el poema seria, para mí, el camino de la vida, que nunca hay que perder el centro o eje que nos guía. Quizá en el punto del cielo y el suelo veo el final de la vida, y la sensación de la creencia en dios (cielo) para una vida eterna y no aferrarse a las cosas terrenales (suelo).
Me reafirmo, la poesía permite más interpretaciones de las que el poeta quiere dar a entender.
Salvo algunos quisquillosos pensamientos que en la cabeza
de repente me murmuran, la pretensión del autor va por ahí: diste en el eje que pone
en movimiento la rueda de la vida, de éstas y algunas
otras de la letras que aveces se escapan de este humilde
tintero.
Que el dueño del eje me perdone, pero como más allá de lo perpetuo se encuentra lo eterno, presiento que
hasta por allá llega la «medida» de mi agradecimiento.
Saludos