Poco a poco se borran,
las frágiles palabras
de gastadas lecturas…
se ocultan tristemente las miradas…
se desvanecen tristes,
los acentos y comas…
aventuras y sueños…
ilusiones y risas…
desgarros de la vida…
escritas en papel,
de agua y harina…
se desgasta su piel…
se sienten abatidas,
y huelen a tristeza
tantas hojas heridas…
Se disipan las letras,
cobijadas en tinta,
que guardan los rincones…
las páginas cansadas,
no pueden definir,
el color de la vida…
…se quiebran lentamente las esquinas…
Entre las viejas hojas,
silencio en las estrofas…
son folios arrancados
con horas ya vencidas…
algunos versos mueren,
ahogados en el llanto
de efímeros lenguajes…
otros…en una papelera
repleta de miserias…
y aquellos…los valientes,
con gran sabiduría,
intentan seguir vivos,
para encontrar la senda
de un incierto camino…
Las arrugas del tiempo,
escritas sin aliento…
han traído hasta aquí,
la vida y su misterio…
el canto de un ayer
salvaje y libre…
no logra que la piel
resista y vibre…
la piel que esconde el libro,
agoniza sin voz
y pierde el equilibrio…
Cada vida es un libro
que se arruga en el tiempo…
y apenas tiene fuerza
para escribir su historia…
la mirada vacía,
llena de incertidumbre,
con los ojos resecos,
sin luz en las pupilas…
La página final…
aún sin escribirse
descubrirá sin más… si ya es feliz…y libre…
Muy bello y metafórico poema, donde el tiempo va destiñendo letras mientras cose otras nuevas, el libro de la piel como bien titulas!!! Saludos poeta!!!
Precioso poema, un tanto desesperanzado y melancólico…compañero.
El viejo libro, una hermosa metáfora de la vida, sobre todo la del poeta!
Un abrazo, Ricardo!
Gracias Maria… como bien dices, la desesperanza y la melancolía están muy marcadas en este poema… y en otros… tal vez, sea parte de mi propia esencia…
Un abrazo