Un sentido del cuerpo se revela
libre de identidad,
impropio, extraño,
enemigo de lo ajeno, singular;
y en un momento de fuerza detiene el corazón,
existe y es humano,
irrumpe sublime en esa pausa sin miedo,
se descubre único, capaz, sucede sin pensar,
su nombre se ignora y en un segundo deja de ser;
en esa sonrisa estás tú,
y estoy yo.
¡¡Cuántas cosas llega a desvelar una sonrisa!! A veces las respuestas están en ese simple gesto… Y pueden ser más reveladoras que la propia palabra…
Precioso… Un abrazo grande, @Tali
en un segundo se ignora y se revela; se viste de impropio y de ajeno… pero a la vez de picara sonrisa y hora feliz; de lado de la cama hundido y de mano complice… porque al final simplemente es un humano que te detiene el corazón… y en ese momento existimos los dos en la misma pausa… en la misma sonrisa.