Nadie vive
en el lugar
de las formas apartadas…
nadie queda
para ser
y reencontrarse…
nadie soy
para anudar
los nombres
de sus sombras…
En estas cimas
la edad
ha sido abandonada
y el nacer intacto
refulge
en otro ocaso
que no es este…
pero existe
un sentir
que aún llovizna…
que se anuda
a nuestros cuerpos
y susurra
un último poema…
como un respiro
que late aletargado,
que niega
lo que oprime
en el monte
en donde mueren
las palabras…
y yo camino…
camino
hacia los cauces
de sus brumas…
con el alma muda
de quien
se sabe
aún lejana
de sus brillos.
Foto: Michael Kenna
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Fundiste en un crisol la nostalgia y la melancolía para hace brillar tus versos en la marquesina de la poesía.
¡Bello tu poema, querida Carmen!
Abrazos cariñosos.
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Minada
5 Septiembre, 2021 17:31
6
Preciosos los reflejos de tus versos en esa apreciación de la lejanía que nos libera, a la vez
que nos ata a un suspiro, bellísimo y trasparente de sentimiento, amiga!!!
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Muchas gracias, Juliana. Nos leemos. Un saludo!
Muchas gracias, querido Mucio. Un abrazo con cariño!
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Muchísimas gracias, Gali.
A pesar de la lejanía y de las brumas este poema brilla con luz propia.
Bellísimo, Carmen.
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Una maravilla de versos. Precioso poema.
Besos
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Siempre un placer leerte, estupendo poema. Saludos.
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Precioso !!! Que lindo !!! Me ha encantado !! Me gusta este tipo de versos cortos “a la Verlaine” .
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Rraffa
7 Septiembre, 2021 11:22
17
Me quedo a vivir en estos versos. Un abrazo.
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Hermosos versos!!!
"nadie queda
para ser
y reencontrarse…
nadie soy
para anudar
los nombres
de sus sombras…"
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Muchas gracias, Horten. Besos!
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Muchas gracias, compañero. Un saludo!