me resulta interesante lo que sale después de tomarse un lorazepam. Siempre se me ocurre algo, sin filtrar, sin remilgos y lo escribo sin importar lo que sea. Cuando el efecto se pasa, no recuerdo haberlo hecho 
#anxietygang
todos los buenos poemas
se escribieron en el polvo
entre las pastillas y la pluma:
tan desvariado que prefieres acabar
sin correrte en las vocales
con tal de que la sobriedad no te alcance.
he roto las camisas y no me queda nada,
miro a los ojos de mi mujer y están vacíos,
el pozo donde me veo,
el agua está tan turbia que no se digna
a mostrar otro reflejo de mí:
soy lo que soy, una pérdida de tiempo para ti.
todos los poemas se escriben
en las ventanas por la mañana
y en las lágrimas que te ensucian
los ojos y las manos,
en los cristales que te clavas en el cuello
y la locura rasgando las paredes;
he perdido la cabeza, estoy desnuda y de rodillas como la imagen de un cristo
al que escupo para que me atienda
porque existo fuera de la cama,
de esta casa tan acostumbrada
a un grito de frustración.
todos los poemas se escriben desde el amor
más indocumentado;
¿dónde está el idilio de los amantes?:
si me separan de ti será a la fuerza,
con los puñales como testigos.
Yo te quiero,
tú eres el amor de mi vida,
tan triste como el día que aburre al aire,
si solo nos queda los orgasmos,
si eres la mujer de las revistas de verano,
entonces quema los puentes, no mires atrás,
son las nuevas eras, volver al principio,
las dos abiertas de piernas en el baño
de un bar.
la poesía está drogada y es graciosa
porque nunca la volveré a recordar,
y esa piel que me atraviesa,
las miradas, las colinas, las sábanas
a medio tender
serán de lo que carezco;
el odio en el cuerpo, tan intenso
que deja marcas,
no te preocupes, querida, bésame la frente,
quítame el anillo, márcame
y volvamos a empezar.