Cuando sueño, lo hago descalza.
Beso las nebulosas y chimeras,
al vacío.
Soy tan amplia como
aquel que trasciende
las aguas.
“Quizás ahora te quito
tus naguas”
Entre cartografías,
y sirenas.
No existe el miedo
en este mundo.
Libres los peces,
de sus penas,
en su amor rotundo.
Libre el amor,
el alba que lo acoge,
cáliz del momento enamorado,
no confinado
al cerebro izquierdo.
Libre el deseo,
fugaz e inocente.
Dulce coral,
remuéveme el cascarón,
Déjame dormida.
Déjame en tu magia,
Déjame tendida.