Cuando te pienso ríes
y siempre es primavera
en este sueño mágico
de tu indócil ternura,
tejiendo laberintos
en medio de la siesta.
Con el rostro encendido
mirando a contra mano,
enterrando destierros
en todas las fronteras
donde pones el paso
y el peso del ahora
sobre los tiempos idos.
Silenciados de espera
desde el último ocaso
que dejara el otoño,
estamos emergiendo
desesperadamente
como planta hibernante
que huele primaveras.
Buscando un beso cálido
que corrompa la escarcha
de nuestras ilusiones…