Un poema de giros; al inicio pareciera que la propuesta va por la ruta de la inflexibilidad de la imagen urbana, «piel de asfalto/encendida y ardiente» pero comienza a descender de su rigidez y tal como el preludio de una sinfonía, las imágenes toman ternura y simpatía enfatizada « ellas ríen y rien»; hasta el cambio de piel«que ya no es de asfalto».
La alegoría final es magnífica [digna de un final para un poema de este color] aludiendo dos veces el tema metafísico de la música con «…promesa de fertilidad para el alma»
—Aplausos.
Que gusto da descubrir nuevos matices en tus propias composiciones, ver como cada uno las hace suyas. En este caso, tal com tú la has interpretado, me has ofrecido un punto de vista diferente de mi propio punto de partida. Mil gracias, @ludico1964
Cada poesía es un mundo distinto porque el acto artístico, siempre establece una relación billectiva entre el alma que crea y la mente que capta. Saludos.