La mirada de tus padres

Tú sonrisa vuelve y da otra lección,
una vez más el reto:
buscar palabras que sanen
tu dolor “okupando” mi alma.
Siempre tracé cuadrados encima de cuadrados para tener algo que escribir.
Ha pasado el odio por aquí;
me zarandeó,
me golpeó,
me confundió,
aún no me tumbó.
Besé un muerto y quise acostarme a su lado,
creía que tu vida se iba con Él.

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