La llevó, como a una novia vestida.
Él era la burbuja
en el ojo del niño
( ladraban los ciegos,
todos los ciegos,
de la ciudad).
La gota estaba en el dedo,
les servía de anillo.
La fatiga en la sangre;
la palabra en silencio.
De puntillas,
penetraban los cuerpos,
como agujas sin grosor apenas.
Como el dolor de la primera vez.
Como el hierro esterilizado.
Como el enemigo.
Como la fiebre.
Como la navaja sobre el mamífero…
Como el ave rasurada.
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Bienvenida a Poémame!
Un saludo, compañera!
Muchísimas gracias
Un abrazo compañera
Muchísimas gracias compañera
Un abrazo!
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Qué belleza !!! Bravo !!! Bienvenida !!
Bienvenida a Poémame.
Saludos.