Asida,
mi alma,
a las raíces del cielo,
presiente
las copas
de los volcanes,
que agasajan
con fuego de lava,
la eclosión de cristales
sobre la gran mesa
de la planicie surreal.
Nuestras mágicas veladas,
bajo el ala del silencio.
Camino
sobre la senda
flabeliforme
de los sentidos;
respiro,
conforme tu verano
se cierne
tan cercano a mi orbe.
Sacra estación
de los latidos.
Susurro
la letra viva
de tus besos,
que, como cándidos
cerezos,
se entintan
en el marino enigma
de mi pecho.
Allí, donde el sol
bebe
su sueño de clorofila;
allí, vivo tu reino…
Obra titulada: Energy of the subconscious
Autora: Tara Baden
Mmm…claro, si sí, pero reversiono su idea, si no se le sube la presión, claro!
Podría decir que el miedo nos niega toda posibilidad… igual le entiendo…
Gracias por expresar tan bellas cosas, que animan nuestra pluma inquieta!
Un gusto enorme tu visita, María, todo mi aprecio!
Saludos brillantes de cariño!!