La "inocentada" (Anécdota 28D)

Toda la razón, aunque solo tengo referencias de mis padres. No conocí a mis abuelos/as.
Gracias por pasarte, Alfonso.

Muchas gracias por tu opinión, Álex.
Igualmente para ti :gift_heart:

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Muchas gracias por leerme y por ese comentario, compañero.
Feliz año nuevo :clinking_glasses:

Gracias a ti por leerla y apreciarla, amiga.
Un besazo y feliz año nuevo :clinking_glasses::tada::partying_face::kissing_heart:

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Muchas gracias, Jorge :hugs::four_leaf_clover:

¡¡¡ Dios!!! Era un carajo tan serio en las cosas que decía, que hasta las bromas —ese jugueteo verbal— era de verdad… casi que una cuestión de honor.

Hay personas así: hablan poco, pero cuando lo hacen, son rotundas —¡Ay, qué dicha!, morir mientras se duerme… teóricamente sin sufrir—.

¡Bello relato!.. ¡Bella prosa, además!

Saludos.

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¡Excelente!
Realmente me encantó

:clap:t2: :clap:t2: :clap:t2:

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Sí, la verdad es que está entre la sonrisa y la lágrima.
Gracias por leerme, compi.
Feliz 2022 :four_leaf_clover:

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Muchas gracias, @poetisagem.

La sabiduria y sentido práctico de los ancestros…gracias por compartir​:clap::clap::clap:.

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Bien lo has expresado, compañero.
Me ha gustado eso de “casi que una cuestión de honor”.
Muchas gracias por tu comentario.
Abrazo. Feliz 2022 :four_leaf_clover:

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Wow… hermosísimo e impactante… es verdad que los abuelos son de otra pasta. Un abrazo, compañera.

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Encantada de verte, Alda.
Muchas gracias.
Feliz 2022 :four_leaf_clover::clinking_glasses:

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A ti por leerlo, compañera.
Feliz 2022 :four_leaf_clover:

Muchísimas gracias, Carmen.
Yo no conocí a ninguno de ellos ni ellas, pero por lo que me cuentan, sí, eran de otra pasta.
Abracitos :hugs:

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Además de buena redacción, una manera de decir aplaudible, propia de quién pone en lo que hace no solo ganas, sino también mucho amor.
El título muy bien escogido, para afianzar el mensaje en ese final de lujo.
Un relato de altura.
Abrazo

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Será humor negro mi Walla pero es completamente verídico. Antes no se ocupaban leyes ni coerciones. Antes era el honor. Y el honor de la palabra, que era sagrada. Así sea para morirse pero hay que cumplirla.
Cuánto valía entonces esa palabra, que ahora se dicen sin tentarse el corazón.
En mi pueblo, a los padres se les saludaba haciendo una pequeña reverencia si es que uno no dormía en casa uno o varios días, incluso a los padrinos.
Si en la inquietud de chamaco se atravesaba uno en diálogo de mayores, una mirada bastaba para indicar que se quitará de allí y se fuera a otro lado. Era gente recia, de pocas pulgas. Y remitiéndonos más atrás, cuando un caballero retaba a otro duelo, no había como “rajarse”, había que responder como hombrecito honorable que se era, so pena de vivir señalado como cobarde y manchar la dignidad de la estirpe. Ah que tiempos!

Hermosisimo relato mi Walla!!

Felicidades.

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Pues sí, amigo. Hay mucho amor en este relato, a pesar de su tono tragicómico y de no haber conocido a mi abuelo.
Ya ves si era hombre de poco molestar y de mucha palabra :relieved:
Muchísimas gracias.
Abrazote.

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Cierto todo lo que tan bien has comentado, Jesús.
En este caso, aunque uno no elige cuándo morir, creo que las circunstancias determinaron el hecho. Su deseo, el estar acatarrado, ser ya mayor y tener a toda su familia alrededor, fueron un cóctel explosivo.
La verdad, eran de otra pasta.
Muchísimas gracias, amigo.
Muy buen domingo :sun_with_face::kissing_heart:

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Las gracias siempre a tí, querida Walla.
Abrazote

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