Esta noche tan honda, las estrellas
van tejiendo una túnica de plata,
una estela de armiño, la hojalata
que modela el perfil de las centellas.
En la vasta planicie, entre las huellas
que las olas devoran, la fragata,
fantasma de otro tiempo, desbarata
su osamenta entre arenas y querellas.
La brisa se demora en la cubierta
del pecio, desangrando la desierta
silueta que se oculta, tan remota.
Los astros, a lo lejos, van velando
ese mundo perdido, sollozando
por aquella grandeza y su derrota.
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Muy romántica esa figura de la fragata fantasma en lo que queda del naufragio…testigo de batallas en el tiempo.
Magnífico soneto, José Antonio.
Un saludo!
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Muchas gracias. El mundo como trasunto del barco varado. Saludos.
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Hermoso soneto, @Pradoalto .
Saludos.
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Muchas gracias por tus amables palabras. Un saludo.
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Sinmi
29 Agosto, 2022 19:05
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Poeticamente bellas esas ruinas, testigos de lo que un día fue y de lo que ya no es. Me encantó muchísimo. Saludos cordiales.
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Gracias por tus palabras. Un saludo.
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