Estábamos a unos diez o doce pasos de distancia,
eran eso de las ocho o nueve,
llovía en la noche.
Números.
Nos mirábamos el uno al otro desde la acera,
solo nos separaba una calle,
el ruido de la ciudad.
Bogotá.
Los coches corrían y parecían peces en el agua,
llovía tanto que no cruzábamos,
un diluvio como río.
Islas.
La cosa es que pasó el camión de los desechos,
la calle de repente parecía tsunami,
la ola arremetió sobre mi.
Carcajadas.
Cargando encima ya media nube rota,
al fín decido abalanzarme la calle,
más mojado pa’ dónde.
Delfín.
Me recibes del otro lado riéndote,
mientras yo juego a acercarme,
tú sin tocar besas.
Picos.
Y luego así entramos juntos al café,
buscando el calor de un chocolate,
tus manos en las mías.
Amor.