Jamás digas jamás,
la madrugada sufre de noche.
Varias veces ha muerto,
en cada dolor que esconde el recuerdo.
Lágrimas nuestras,
el tiempo aprende a vivir.
Llora de felicidad,
a pedazos abraza a la locura.
La sombra es un sollozo inerte,
llena a la ternura de amor.
Jamás digas jamás,
el desecho es nuestro.
Como una tragedia desesperada,
ansiosa, oscura.
Vive
y sigue viviendo.
Juntemos pequeñas piedras
redondas del río.
Quiero que veas cómo en ellas
cae un chorro de agua.
Él amoroso es para siempre.
Maquinista Mute.