Hay en la honda muerte
una calle que las luces no dejan entrever,
ante la constancia de mi porvenir
solamente
me acuesto en una noche de viejas estrellas,
donde la espera
a esa pronta y honda calle es mi sentimiento,
pero podría pensar también en los jazmines
que como la lluvia son dolientes,
en las hojas que jamás llegan al suelo y mueren,
todavía cuesta
sostener aquel brillo que de la vida se está yendo.
Detenida la aguja de mi corazón,
hoy me siento al olvido
y ya me estoy viendo.
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Maravilla!!
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Gracias!!!
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