Todavía me está esperando el olor
de la mañana, el espantoso espacio sin aire,
no quiero nada,
y menos volver descalza a esta suerte de antro.
Me está esperando el silencio
que se clava en mis oídos
y me atraviesa los párpados, y me amenaza,
me advierte que tendré que poner orden
en la ruina y la rutina, y encontrar una verdad.
Estoy sudando la pena que he cultivado,
excelente, exclusivamente,
haciendo malabares con el dolor,
probando hasta dónde puedo
soportar todo su molesto aroma,
creo a veces que la muerte
tiene el aspecto de broma.
Temo vivir demasiado
y tengo miedo del futuro
sabiendo que es mortal,
quisiera poder irme y regresar.
Hay un bote en la cocina,
lleno de píldoras amargas,
sin receta,
y hacen que se desprendan
las paredes y las ruinas
y se queda todo en blanco,
es un rato, nada más,
luego duermes, sin descanso,
y despiertas, y no se ha roto nada,
hay que hacerlo bien,
irse para volver.
Es muy fuerte… la desesperanza en su máxima expresión
Mejor no irse, queriendo volver… mejor quedarse…
que nada ni nadie merece nuestra ausencia
humildemente pienso
“Todavía me está esperando el olor
de la mañana, el espantoso espacio sin aire,
no quiero nada,
y menos volver descalza a esta suerte de antro.
Me está esperando el silencio
que se clava en mis oídos
y me atraviesa los párpados, y me amenaza,
me advierte que tendré que poner orden
en la ruina y la rutina, y encontrar una verdad.”