Ahh que bellos versos con las huellas del tiempo instaladas en nuestros huesos y en nuestra forma de ver la vida, como decía el poeta “Juventud, divino tesoro”, preciosa imagen!!!
Pd. Creo amigo que somos un poco hijos/as de las costumbres y visiones de nuestra generación, interesante debate. Un fuerte abrazo!!!
Inevitable, siempre, una dosis de nostalgia, cada vez más.
Me hizo pensar tu final, los días eran más vitales, menos mortales…
O al menos, así queda en nuestra memoria.
Hermoso tu poema, Alex!
Muchas gracias, @Minada. Coincido en eso de que somos hijos/as de las costumbres de nuestra generación. Cada generación tiende a pensar que su tiempo es irrepetible. De ahí concluyó Marcel Proust que no se extrañan lo sitios, sino los tiempos. ¡Abrazo!
Por lo general en nuestras conversaciones hablamos más en tiempo pasado que en tiempo futuro. Uno, existió. El otro, no existe.
Comparto el contenido de tus reflexivos versos.
Lo irrevocable cerró sus puertas
Vivir el presente es lo vital.
Significativo poema!
Saludos cordiales, Alex!
Precioso poema compañero, además con esa bonita imagen de uno de mis libros favoritos y uno de mis escritores favoritos “El laberinto de los espíritus” de Carlos Ruiz Zafón.