Cuántos destrozos hagan las salidas
repletas del bribón resentimiento,
hoy a cualquiera quitan el aliento
al aumentar con creces sus heridas.
Cuánto celo se esconde en nuestras vidas
en la profundidad del desaliento,
si nos llega a importar hoy un pimiento
que demos las virtudes por perdidas.
¿Cómo podría parecer amable
si es que a diario la fusta se me muestra
y la cordura por su ausencia luce?
Si apenas hoy resulta razonable
que quien aun por cariño me secuestra
con cinismo a su huerto me conduce.