Nunca…
jamás estoy solo
aunque nadie me acompañe,
todo aquello que defiendo
ya tuvo otros seguidores,
nada es nuevo, todo es viejo,
sólo cambian los actores.
El grupo al que pertenezco
viven dentro de mi alma,
son miles, quizás millones,
no conozco ni sus nombres,
se hacen llamar…
soñadores.
Ilusos, de la igualdad.
Ilusos, de la justicia.
Ilusos, de la utopía.
Ilusos, de la alegría,
de compartir dignidad.
Como soñar no es delito
aún nos dejan divagar,
se ríen de las locuras
que podemos recrear,
¡¡¡ que grupo maravilloso!!!
ser socio…
ser socio
es el no va más.
Si alguno se siente solo
y quiere participar,
es fácil,
con pocas reglas,
hay que dejar en la puerta,
el odio y el egoísmo,
la injusticia y la desidia,
la hipocresía que alienta
tanto dolor en la tierra…
y traernos un regalo,
una mochila cargada,
del amor que le alimenta.
Están todos invitados
celebramos una fiesta,
le llaman … “Amar, con la puerta abierta”